El secreto para romper permanentemente cualquier mal hábito es amar algo más grande que el hábito.
Bryant McGill
Reflejar lo que quieres y tus aspiraciones es lógico, hacerlo de un modo coherente es lo que a muchas personas le resulta complejo, y es que no es tan fácil encontrar el modo de darle sentido a todas aquellas cosas que anhelamos, y que pocas veces nos atrevemos a reflejar sobre papel.
Los objetivos, cuando se plasman por escrito, nos obligan a reflexionar, a validar ese mundo de las ideas dispersas que todos tenemos y de las que, en muchos casos, no sabemos como escapar; nos falta hábito, y lo bueno de esto es que los hábitos, pueden cambiarse.
No es necesario tener fe, sí sentido común, ser consciente de que queremos cambiar algo en nuestra vida o nuestro entorno, tener la voluntad de hacerlo, y a partir de ahí, introducir cambios.
Posiblemente no consigamos a la primera lo que queremos conseguir, pero lo importante es que cada pequeña modificación nos acerca, nos aporta elementos para seguir moviéndonos en la dirección deseada, y a mayores, nos da perspectiva para alejarnos y entender con mayor claridad la distancia que debemos poner con nuestra vieja costumbre.
La zona de confort es buena, es útil, pero sin duda, la zona de aprendizaje es lo que realmente nos hace crecer como personas y nos aporta las herramientas y los recursos para lograr hacer un salto cualitativo en nuestra vida.
¿Miedo? Nunca, ¿respeto? Todo! No me gustan los términos absolutos, pero siempre hay excepciones que cumplen la regla.
